Durante más de diez años he trabajado en proyectos de mobiliario, viviendas y espacios de trabajo, aprendiendo que el buen diseño no se mide por la moda ni por el lujo, sino por cómo mejora la vida de las personas.
Hoy acompaño a mis clientes en todo el proceso, desde la idea hasta la entrega de llaves, con un enfoque claro: honestidad, usabilidad y gestión rigurosa. Me involucro en cada detalle para que tu reforma sea sencilla, previsible y, sobre todo, tuya.
De la idea a la llave.
Cada proyecto empieza con una conversación. Escucho qué sueñas para tu casa o tu espacio de trabajo y lo traduzco en un diseño que funciona, que emociona y que se construye bien. No me quedo en el papel: acompaño todo el proceso, coordino a los oficios, gestiono proveedores y estoy presente en obra para que lo que imaginamos juntos se convierta en realidad. Tú solo tienes que abrir la puerta y disfrutarlo.
Plazos y presupuestos reales.
Sé que una reforma da vértigo: miedo a retrasos, sobrecostes o promesas que no se cumplen. Por eso trabajo con la máxima claridad desde el inicio. Presupuesto y calendario se acuerdan antes de empezar, y se cumplen. Si algo cambia, lo sabrás al momento y siempre con soluciones sobre la mesa. Prefiero la honestidad a la sorpresa, porque la confianza es la base de mi trabajo.